¿A quién no le resulta familiar aquello de tratar de abaratar costes, sea en el ámbito que sea de la vida y al mismo tiempo obtener el máximo beneficio? Habitual ¿verdad? incluso a la hora de contratar un seguro, también, solemos aplicar ese lema aunque nos podemos acabar llevando una sorpresa poco agradable.
Dar menor valor del que tiene el objeto que queremos asegurar para así reducir la prima de nuestro seguro puede implicar que cuando exista un siniestro, la compañía aseguradora compruebe que el valor asegurado no se corresponde con el real siendo inferior a éste y que, por consiguiente, la indemnización que nos vayan a pagar sea menor de lo que esperábamos o, dicho de otro modo, estamos ante un INFRASEGURO.
Imagínemos que hemos contratado un seguro de hogar y para ahorrarnos unos eurillos en la prima, hemos determinado que el valor del continente es de 45.000€ cuando en realidad sabemos que tiene un valor de 75.000€. Entonces, nos sentimos satisfechos porque hemos conseguido una buena operación económica» ¿Seguro?…Sigamos. Un día, desafortunadamente, sufrimos un incendio en nuestra casa que afecta a su estructura (continente). Después de dar parte a la compañía aseguradora y de que el perito haga su valoración, la compañía nos comunica que los daños ascienden a 25.000€. Además, gracias a esa peritación, determinan que el valor real del continente era superior al contratado. «Mal asunto…esto no va bien», empezamos a pensar. Y llega, entonces, el momento de descubrir que nos van a indemnizar con 15.000€. Pero ¿qué ha pasado aquí? exclamamos. Simplemente que la compañía ha ejercido su derecho a aplicar la REGLA DE LA PROPORCIONALIDAD por no haber asegurado correctamente.
En este caso, la indemnización de 15.000€ se obtiene al multiplicar el IMPORTE ASEGURADO (45.000€) por el IMPORTE DE LOS DAÑOS (25.000€) y el resultado se divide entre el IMPORTE REAL que debíamos haber asegurado (75.000€).
¿Cómo se nos ha quedado el cuerpo? Con un tremendo susto, ¿cierto? y además, con una indemnización que no cubrirá el total de los daños sufridos.
¿Termina todo aquí? Me temo que no. No sólo podemos ver cómo la indemnización se reduce considerablemente sino que la compañía también puede aplicarnos la REGLA DE EQUIDAD«. Calcula la diferencia entre la prima que habíamos pagado y la que realmente nos correspondía y nos la puede reclamar como requisito previo al abono de esa indemnización (15.000€).
A veces, tratando de ahorrarnos unos pocos euros, esa operación tan ventajosa en un principio, se convierte en una auténtica pesadilla y en un remordimiento de conciencia total…Y es que, lo «barato» puede acabar saliéndonos muy caro…
Recuerda siempre acudir a un profesional del seguro para que te asesore y evite que te acabes llevando un buen susto.